El viento aúlla seco,
oscuro, sin destino, como arena ciega.
El ocre ofusca en grises el terrizo
y su seno se orilla fugitivo de sí.
Llega un rumor de lejos con olores de sombra.
Apenas queda tarde,
saja
la luz el sufrimiento coronado en lo alto.
No, no germinará
la sembrada simiente.
Autor: Felipe Fuentes García
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